La actriz, escritora, creadora, comediante y showrunner que ha revolucionado el multitasking y nos ha hecho desear a un sacerdote
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Imagina ser una mujer que combina el ingenio de una comediante de stand-up, la inteligencia de una dramaturga clásica y la irreverencia de una rockstar. Esa es Phoebe Waller-Bridge, la mente maestra detrás de series que han redefinido el marco audiovisual actual y un icono de la representación de la realidad de la vida de las mujeres.
Nacida el 14 de julio de 1985 en Londres, Phoebe creció en un hogar donde la creatividad era tan esencial como el té de las 17h. Desde pequeña mostró interés por lo dramático, algo que se manifestó no solo en su actitud (sus hermanos aún recuerdan sus escenas épicas cuando no conseguía lo que quería), sino también en su amor por el teatro.
A los 17 años, comenzó a estudiar en la Real Academia de Arte Dramático (RADA), y pasó años esperando oportunidades de personajes que realmente desease representar. Tras muchos papeles insignificantes y muchas frustraciones, uno de los directores de la RADA le dio un consejo que la pondría en su camino como actriz y escritora: “Tienes rabia, no te alejes de la rabia; la rabia es un regalo”, animándola a utilizar ese sentimiento tan fuerte como arma y canalizarlo en su carrera.
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En 2007 conoció a Vicky Jones, directora de obras de teatro, y juntas crearon DryWhite, una compañía que reclutaba dramaturgos para provocar al público con obras cortas experimentales en una pequeña sala de pub. Durante estos años, Phoebe escribió sus propias obras y consiguió papeles para varias películas y series: The Café, Albert Nobbs y The Iron Lady.
Pero todo cambiaría para nuestra reina multitasking en 2012 cuando escribió e interpretó una comedia de 10 minutos con un nuevo personaje: una mujer sarcástica y llena de dolor que posteriormente adaptó como pieza de espectáculo de una sola mujer para el Festival de Edimburgo en 2013. Allí, una editora de comedia de la BBC presenció la actuación, que ganó el primer premio Fringe del festival. Tras el éxito de la obra, la BBC y Amazon acordaron la producción del programa, naciendo así en 2016 una de nuestras series favortísimas, Fleabag.
En ese momento su carrera se propulsó. El gran seguimiento y ovación por parte del público que obtuvo la serie obligó a nuestra Phoebe a crear una segunda temporada tres años más tarde. En 2019 ya podíamos disfrutar de la continuación de la historia de uno de nuestros personajes favoritos. Lo que no sabíamos, es que nos iba a romper el corazón.
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Fleabag está escrita y protagonizada por la misma Phoebe Waller-Bridge. Nombrada tras uno de sus apodos de la infancia, muestra la vida de una mujer joven, los problemas impuestos por la vida misma y el no encajar en los estándares sociales. En ella la protagonista nos enseña sus dificultades con los hombres, con su hermana, su padre, su madrastra, el sexo y el amor, sus amistades, su futuro y sus traumas del pasado. Mucho más allá que esto, Fleabag es una serie que recorre problemas mundanos desde una perspectiva pesimista con un humor mordaz y una honestidad brutal.
La serie no solo puso a la escritora en el mapa, sino que, consiguiendo ganar tres premios Emy, cambió lo que podía ser una serie de televisión. Con una ruptura constante de la cuarta pared y diálogos afilados como cuchillos, se convirtió en un fenómeno cultural. Y si bien la protagonista podía ser desastrosa, también era una mujer compleja, real y ferozmente independiente, lo que la convirtió en un icono feminista instantáneo.
El personaje de Fleabag nos hizo enamorarnos de ella, de su sinceridad, de su ingenio, de sus desgracias, de su humor y de su relación sentimental con un sacerdote, interpretado por el increíble Andrew Scott, la cual no hemos superado aún. Además, nos ha dejado frases tan transcendentes como “A veces me preocupa que no sería tan feminista si tuviera las tetas más grandes”. Con un final trágico en una parada de autobús y con ganas de saber que pasaba después, la serie no tuvo continuación o, por lo menos, de momento. Hasta entonces nos tendremos que conformar con un “It will pass”.
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En 2016 también se emitió otra de sus series escritas y protagonizadas por ella, Crashing. La obra trata sobre una comunidad de vecinos que viven en un hospital abandonado y las relaciones entre los mismos. En la serie, Phoebe interpreta a Lulu, una mujer que toca el ukelele y que se instala como nueva en esta comunidad tan peculiar.
Pero Waller-Bridge no se detuvo ahí. También es la mente detrás de Killing Eve, una serie que tomó el género del thriller de espionaje y lo hizo suyo. Con personajes complejos y multifacéticos, demostró que las mujeres pueden ser tan despiadadas, ingeniosas y encantadoras como cualquier James Bond, (y sin dar pereza).
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Phoebe no solo ha roto barreras con sus personajes, sino que también ha sido una voz poderosa detrás de cámaras, abogando por la igualdad de género en la industria del entretenimiento. Su éxito ha demostrado que las historias de mujeres contadas por mujeres no solo son necesarias, sino que también pueden ser extremadamente exitosas.Mucho más de nuestras fatales aquí.