La asociación valenciana Dona i Cinema fomenta el cine hecho por mujeres e impulsa a jóvenes creadoras a lanzar sus proyectos en una industria mayoritariamente masculina

Desde que Claudia Piqueras era pequeña, siempre quiso ser directora de cine. Ni astronauta, ni fotógrafa, ni bióloga marina. Su madre le inculcó su amor por el cine gracias a obras como Eduardo Manostijeras o Flashdance y, por eso, decidió que también quería hacer películas, además de verlas. Sin embargo, cuando se hizo mayor, Claudia descubrió que no era tan fácil. Y que esas películas, en su mayoría, estaban hechas por hombres. Que incluso las más recientes, con protagonistas mujeres, son dirigidas por hombres, y son criticadas si tratan temas femeninos. Al final, Claudia quiere cumplir su sueño, y quiere estudiar cine de todo tipo, pero, de nuevo, en clase ve que estudia principalmente a teóricos de cine y solamente a directores famosos. Entonces, ¿realmente podrá ella llegar a hacer su película, si apenas tiene medios para ser visible?

El informe de CIMA, la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medias Audiovisuales, revela un aumento gradual en la participación femenina en la industria del cine, concretamente, del 26% en 2015 al 37% en 2022. Sin embargo, persiste la desigualdad y los que luchan contra ella. La asociación valenciana Dona i Cinema, pilar clave para el cine femenino español desde su creación en 2019, promueve cursos, actividades y festivales destinados a nuevos talentos, y trata de dar a luz las primeras obras de creadoras audiovisuales en auge creativo.

“En las escuelas de cine sí hay muchas mujeres estudiando cine. En algunas clases, hay incluso más mujeres que hombres”, afirma Deborah Micheletti

Inicialmente concebida en 2011 como festival de cine con el mismo nombre, desde la ya disuelta asociación DONESenART, Dona i Cinema siempre se ha basado en el respeto, la integridad y la participación de la mujer en el audiovisual. Por ello, uno de los proyectos más ambiciosos de esta es el Programa Atenea. Sus directoras, Deborah Micheletti y Giovanna Ribes, también cofundadoras de Dona i Cinema, coinciden en que todo surgió en busca de solucionar un dilema que veían constantemente en el mundo del cine. “Si vemos los números laborales (…) tanto en la producción como en la distribución de películas, notamos que en las escuelas de cine sí hay muchas mujeres estudiando cine, y que hay una paridad de un 40-60 aproximadamente. En algunas clases y escuelas, hay incluso más mujeres que hombres”, afirma Micheletti.

Deborah Micheletti y Giovanna Ribes en el Programa Atenea. Fuente: Cedida por el Programa Atenea.
Deborah Micheletti y Giovanna Ribes en el Programa Atenea. Fuente: Cedida por el Programa Atenea.

De esta manera, el objetivo del programa, en pocas palabras, es “hacer una cantera de futuro con mujeres, para que no nos quedemos siempre con parece que llegamos, pero no llegamos nunca”, según Ribes. ¿Y cómo lo hacen? Mediante un curso especializado y exclusivo a seis mujeres que acaban de iniciarse en el audiovisual y que presentan un proyecto propio, ya sea de ficción, documental, o de animación. 

El curso, realizado en Valencia a lo largo de tres semanas, tuvo su 5º edición el pasado octubre de 2023. Claudia Piqueras, estudiante Comunicación Audiovisual en la Universidad Miguel Hernández de Elche y participante del programa por su proyecto de animación Moon, explica la dinámica del programa: “las que presentamos los proyectos somos las Amazonas, y las tutoras son las Ateneas, que son mujeres que ya están allí en el mundo laboral. En pocas palabras: profesionales”. De esta manera, las Ateneas, iconos clave del programa, enseñan en cada semana aspectos sobre guion, producción y sobre la creación de pitchings profesionales a las Amazonas.

“A lo largo de la carrera audiovisual oímos hablar de muchos hombres todo el rato. De hecho, la mayoría de mis profesores son hombres”, afirma Claudia Piqueras

Por tanto, Claudia explica desde su visión que el proyecto “es un golpe de realidad, un contacto mucho más directo, es el primer paso con el mundo profesional” y, a la vez sirve de herramienta perfecta para mostrar referentes femeninos. “Se nota un montón a lo largo de la carrera audiovisual, por ejemplo, cómo oímos hablar de muchos hombres todo el rato. De hecho, la mayoría de mis profesores son hombres”, concluye.

Claudia Piqueras presentando “Moon” en el Programa Atenea. Fuente: Cedida por el Programa Atenea.
Claudia Piqueras presentando “Moon” en el Programa Atenea. Fuente: Cedida por el Programa Atenea.

Ribes da a su vez una explicación a toda esta situación mediante un ejemplo de actualidad: “Cuando de pronto preguntas por una directora de animación, todo el mundo se queda bloqueado, porque el primero que sale ahora mismo es Pablo Berger con “el robot”, y no recuerdan a María Trénor o Chelo Loureiro, que han ganado un montón de goyas (…) Si en los libros o en los festivales, aunque estén ganando premios, no las mencionan… Al final se olvidan”.

El programa también ha mantenido una estructura consistente a lo largo de los años, con sesiones dedicadas a aspectos artísticos y técnicos del cine o del documental. Además, a pesar de que inicialmente se centraba en cortometrajes, ha evolucionado para tratar de incluir en un futuro proyectos de pilotos. También ha aumentado el número de proyectos animados, dado que estos eran los que más interés tenían en el formato de las series y porque, en palabras de Micheletti, “la animación ya no se puede considerar un género pequeño”.

Sin embargo, esta ampliación de los proyectos, y la futura expansión del programa, es un interrogante para todas, principalmente por el presupuesto. “Si ampliasemos el programa, significaría que hay que traer a una Atenea y una Amazona más, alojarlas, pagarles las dietas… Todo”, explica Giovanna. Y es que la única tutoría hecha de manera conjunta es la de pitching, mientras que las demás son individuales y con una profesional de un sector determinado, por lo que todo dependería de ese presupuesto creado a base de fondos públicos en colaboración con universidades valencianas.

Aunque el programa no interviene económicamente en la producción de proyectos, ha sido el punto de partida para numerosos éxitos en la carrera de varias participantes. Proyectos como El Pisito de Claudia García de Mateos han encontrado financiación y reconocimiento después de participar en el Programa Atenea. Y, por su parte, Claudia Piqueras sigue en proceso de promoción y distribución de su cortometraje de animación Moon, que ya ha sido presentado en festivales locales como FantaElx.

La joven Amazona, concluyendo sobre el mensaje del corto, que trata la gestión de las emociones de los niños, reconoce que acabó planteando su inspiración en el proyecto “de una manera que a lo mejor sola no hubiera sabido plasmar”. Por ende, la participación en el programa puede tener un impacto duradero en la percepción y la visibilidad de las mujeres en la industria del cine. Sin iniciativas de este estilo, es imposible saber qué clase de obras de las mentes femeninas más brillantes podrían alzarse de un momento a otro.

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