- Dirección: Coralie Fargeat
- País: Estados Unidos, Francia, Reino Unido
- Género: Terror, Ciencia Ficción, Drama
- Guion: Coralie Fargeat
- Duración: 141 min
Sinopsis: Elizabeth Sparkle (Demi Moore), una actriz en decadencia, parece haber encontrado la solución a sus problemas cuando descubre “La Sustancia”, un producto milagroso que le permite crear un alter ego que es la versión mejorada de sí misma: más joven, más hermosa, más perfecta.

La aclamada película de la directora francesa Coralie Fargeat ha arrasado en la temporada de premios. Pese a que el cine de terror suele ser ignorado por la crítica y las academias. En este caso, el reconocimiento es más que justificado. La Sustancia no es solo una película de terror que pretende provocar al espectador con imágenes desagradables, sino que recoge todo ese imaginario para construir un relato que se convierte en una feroz sátira sobre la obsesión que impone la sociedad con la juventud y la feminidad en la sociedad actual.
La nominada al Oscar Demi Moore brilla en el personaje porque equilibra el glamour de la fama y la decadencia de lo que supone envejecer siendo parte de ese mundo siendo mujer. Esto aporta una vulnerabilidad que hace que la transformación de su personaje resulte aún más perturbadora. Y funciona porque crea un personaje con el que es fácil identificarse, ya que conectas con ella.

Margaret Qualley también nos ofrece una actuación con muchos matices a lo largo de la película. La actriz logra transmitir una mezcla entre esa vitalidad tras la transformación con la fragilidad latente que tiene el personaje por la situación en la que se encuentra. La presencia del personaje y la forma de relacionarse con su entorno es uno de los pilares de la película. Por ello, sorprende que haya pasado desapercibida en esta época de premios.
En realidad, Fargeat ya nos avecinó lo que era capaz de ofrecer con Revenge (2017), una película donde demuestra su pasión por el gore, y con Reality+ (2014), un cortometraje donde ya hablaba sobre la necesidad de cumplir los cánones de belleza y que nos traía esa imagen, ahora ya tan distintiva, de una espalda totalmente abierta y cosida de manera grotesca. En esta película, recoge las mejores ideas de sus pasadas obras y despliega un estilo visual impactante. Los colores vibrantes y los cuerpos en mutación conviven con un mensaje social. Y eso es porque la película es capaz de llevar al extremo uno de los mayores debates en el feminismo actual: la presión que tienen las mujeres con mantenerse jóvenes.

Además, el largometraje cuenta con un ritmo impecable. Nunca se estanca, sino que avanza con una cadencia hipnótica hacia un clímax tan grotesco como catártico. Y es interesante que esto se sepa antes de ver la película. La sustancia no es una propuesta para todo tipo de amante del cine. Es una obra arriesgada, donde se apuesta por un tono, estética y violencia gráfica que no son aptos para públicos sensibles.
La Sustancia no tiene miedo en referenciar grandes obras del cine de terror. En muchas ocasiones, el film rinde tributo a grandes directores clásicos del género y, en especial, del body horror. Se nota la huella de David Cronenberg en La Mosca o Videodrome, de Peter Jackson en Braindead o de David Lynch en El hombre elefante. Por todo ello, una debe entrar a ver la película sabiendo que existe un componente muy alto de ese terror gore.

Sin duda, la película de Fargeat demuestra que el terror no es un género en decadencia, que el terror muchas veces viene de la mano de mensajes críticos con la sociedad y que el terror debe ser un género tan digno y profesional como cualquier otro. La sustancia es un viaje visceral e incómodo, pero también un recordatorio de que el cuerpo, con todas sus imperfecciones, es político.
Nota: 5/5
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