Las veces que hemos visto una película adolescente o romántica, o una clásica roomcom, sin enternecernos por la adorable y graciosa amiga gorda, son innumerables. Nos venden un estereotipo protagonista de 90-60-90, mientras el humor queda relegado a la figura de la gorda amiga simpática. La que todo el mundo adora, pero nunca merece ser protagonista. El cliché de la gorda graciosa ya es un clásico de Hollywood y es que el precio de la talla no perdona. La industria cinematográfica más influyente del mundo ha establecido en la gran pantalla que, con la suficiente masa corporal, eres digna de entrar exclusivamente en la comedia.

El protagonismo y el peso

Rebel Wilson, Amy la gorda en Dando la Nota, afirmó en una entrevista para The Sun que: 1. Le pagaban muchísimo por engordar y 2. La presionaban para que mantuviera su sobrepeso. Todo para poder seguir protagonizando comedias. Un claro ejemplo de que en la industria, o no te perdonan por tu peso, o te obligan a definirte por él.

Rebel Wilson en Dando la Nota

El mismo arquetipo de la amiga “rellenita”, torpe, simpática y desenfrenada le ha perseguido en otras películas como Mejor… Solteras o Timadoras compulsivas. Una prueba indiscutible de la perpetuación del sobrepeso como una cualidad humorística en sí misma. La actriz, ahora con un cuerpo más normativo es cabeza de cartel de películas que permiten a su personaje adoptar una trama diferente.

“El cuerpo de estas mujeres se utiliza para risas baratas, como si una mujer con sobrepeso fuera vulgar por naturaleza en su apariencia y comportamiento”.

REBEL WILSON

La designación de la gordura con el humor es tal que en series como La maravillosa señora Maisel, vemos este cliché donde el personaje de Sophie Lennon (Jane Lynch) recurre a un disfraz de gorda para triunfar como monologuista. Wow.

Otra característica de este tipo de personajes es que jamás conquistan o son conquistados sentimentalmente de una manera seria. En la ficción no aparecen como algo atractivo, como dice Wilson: “Si llegara un alienígena y tuviera que hacerse una idea del planeta viendo solo películas o series, pensaría que si estás gordo o eres demasiado grande ni puedes enamorarte ni puedes tener sexo”. Amy Schumer o Melissa McCarthy son también mujeres que han experimentado este arquetipo en Cuerpos especiales, Espías o La boda de mi mejor amiga.

Ellie Kemper, Melissa McCarthy y Wendi McLendon-Covey en La boda de mi mejor amiga

La talla y la feminidad

Por otro lado, estos papeles cómicos no sólo privan a las actrices de tener un puesto protagonista en los filmes, sino que también les impide tener roles con una característica concreta: ser femeninas (lo que cultural y socialmente entendemos por femenino). Se ha impuesto que no se puede ser graciosa y, a la vez, tener este atributo, sino que se debe de recurrir a lo absurdo, a lo ordinario, o lo basto o soez. Este tipo de personaje siempre se caracterizan por desordenadas, alocadas, rebeldes, despreocupadas, insultantes, malhabladas, sin vergüenza alguna, etc. Otorgando así la perspectiva femenina a la protagonista, representando a la “mujer deseada”, mientras las demás se dedican a protegerla, aconsejarla, apoyarla y a conseguir el enganche humorístico con el público.

La repercusión esta imagen es tremenda, dando lugar a perfiles que pueden pensar que, para atraer la atención tienen que buscar el humor desde este rol en específico. Es decir, siendo, en definitiva, “bastas”, lo cual nos reconduce a otro rol, “la marimacho”, pero de eso ya hablaremos otro día 😉

La mujer gorda en los géneros cinematográficos

El género cinematográfico que tratemos influye mucho en la visión de este personaje, a pesar de que la presencia de la mujer gorda gana por goleada en la comedia y el drama.

Cuando hablamos de comedia, la narrativa audiovisual que se nos presenta es repetitiva y fácil de identificar. Las mujeres gordas no son más que su físico, cómico por si solo, además de poseer ese carácter fuerte y alocado.

En el drama, el personaje está acomplejado por su físico, con poca autoestima y con capacidad escasa para sociabilizar o encajar en la sociedad. En ocasiones, se intenta elaborar una producción que aborde los problemas de la mujer gorda, generalmente adolescente, para finalizar con un mensaje positivo e inclusivo. Esto tiene el peligro de provocar aún más diferenciación en vez de tratarse como lo verdaderamente normativo y darles las mismas opciones para audicionar. Además, caemos en el constante bucle en el que las gordas solo tienen un problema: serlo.

Un claro ejemplo es el número reiterado de veces que se intenta plasmar la idea de “las mujeres gordas también pueden tener novios guapos” cuando, evidentemente, las mujeres gordas tienen novios guapos. ¿Pero qué nos están contando?

En definitiva, la construcción de los personajes se realiza en base a las medidas de las actrices y no en justificar su personalidad.

¿Y el ahora?

Actualmente hemos podido ver un pequeño avance en cuanto a la estética en los papeles protagonistas femeninos. Películas como Jugada perfecta, Dumplin’, Tall Girl o Sierra Burgess es una perdedora, nos muestran ya unas protagonistas con cuerpos no-normativos. Series como My Mad Fat Diary o Euphoria, nos presentan papeles protagonistas de talla grande con tramas amorosas. Estas nuevas estéticas femeninas aceptadas ya han cogido relevancia en la gran pantalla, no obstante, no se han conseguido desligar del concepto de aspecto dado que todas estas historias giran aún, casi siempre, en torno al mismo problema: el físico. La trama de la película de la chica alta es, en efecto, que es alta, y la trama de la chica gorda, es, por consiguiente, que es gorda. Ambas tendrán que aceptar que pueden ser queridas y que merecen respeto cuando las protagonistas de talla normativa no tienen que pasar por esa deconstrucción.

Cartel My Mad Fat Diary

En conclusión, cada vez vemos una mayor diversidad de cuerpos en pantalla. Aún así, la mayor parte de las películas que protagonizan las mujeres de talla grande continuan siendo comedia o tienen que ver casi exclusivamente con aquella condición que les hace distintas a la norma. Igual ocurre, por ejemplo, en películas con personajes LGTBQ+ y personajes racializados. Esto sirve para visibilizar las problemáticas concretas que hay en torno a la discriminación y los estereotipos, pero no necesariamente ayudan a normalizar estos cuerpos.

El siguiente paso en el mundo cinematográfico es presentar a las mujeres de talla grande principalmente como mujeres y no como gordas. Que tengan la opción de optar a un papel protagonista sin que trate única y exclusivamente de su talla.