Más allá de las Final Girls

El cine nunca ha sabido cómo construir personajes femeninos. Desgraciadamente, el papel de la mujer en el séptimo arte se ha visto limitado al de un mero interés romántico cuyo personaje, construido por la mirada unidireccional del hombre, dista bastante de ser un fiel reflejo de la realidad. Existen numerosas obras en las que el tratamiento de la mujer es terriblemente misógino. Esto sucede en todos los ámbitos artísticos, por supuesto, pero en esta ocasión ahondaré en el cine de terror, un género en el que las mujeres protagonistas son muy comunes.

A lo largo de la historia han sido muchas las directoras que han destacado por su talento detrás de las cámaras en el terror. Ejemplos de ello son Julia Docournau, directora de Crudo (2016), y  Mary Lambert, directora de Pet Sematary (1989).

A pesar de que no son pocas las directoras especializadas en este género, lo cierto es que se trata de un número ínfimo respecto al de directores. Y la diferencia no solo está presente en la proporción numérica, sino también en el reconocimiento. Si se le preguntase a fanáticas y fanáticos del terror por su cineasta favorita o favorito, la gran mayoría respondería con un hombre. Esta desproporción tiene consecuencias que se reflejan en las películas. 

Sidney Prescott, protagonista de Scream. Fuente: Scream.
Sidney Prescott, protagonista de Scream. Fuente: Scream.

La dominancia del hombre genera una enorme cantidad de contenido que muestra cómo ellos ven el mundo. Siempre lo han tenido todo a favor, y la sociedad se ha encargado de que los valores heteropatriarcales perdurasen. Según Statista, solo el 16% de las películas de Hollywood de 2023 fueron dirigidas por mujeres. Esta cifra dista de una situación igualitaria. Partiendo de esta información, no resulta difícil comprender el problema. La mujer que se ve en el cine no es real, sino el reflejo de lo que el hombre espera que sea. No obstante, a pesar de la mala representación, que es bastante común, lo cierto es que, al mismo tiempo, en el cine de terror hay algunos casos de buenos personajes femeninos que son todo un ejemplo a seguir.

 ¿Qué significa Final Girl?

El concepto Final Girl hace referencia a la mujer que protagoniza una película de  terror. Es el personaje que llega al final de la cinta, siendo el duelo entre protagonista y villano una situación habitual. Final Girl, por lo tanto, se refiere a esos personajes femeninos que llegan con vida al último tramo de la película. El propio término hace referencia a la mujer, pues prácticamente siempre es una chica quien debe encarar al asesino, que con frecuencia es un hombre.

Dentro del concepto Final Girl hay personajes bien desarrollados y que en ocasiones transmiten un mensaje feminista. No obstante, otras veces la Final Girl asume el rol de Scream Queen y se limita a huir del asesino mientras grita indefensa. Es decir, que haya una Final Girl no significa que el tratamiento de la mujer sea correcto,  pues en muchas ocasiones su desarrollo no es adecuado y es reflejada como un estereotipo.

Ejemplos de buena representación

Uno de los mejores ejemplos de representación femenina dentro del terror lo encontramos en la saga Alien. El personaje principal, Ellen Ripley, fue una de las primeras protagonistas del cine de terror cuyo personaje estaba bien construido y se alejaba de los estereotipos imperantes. Ripley rompió con varios estándares que dominaban el cine.

Es un personaje independiente, y su relevancia en la historia no depende de un hombre, algo poco habitual. Muchas veces la importancia de la mujer en la película reside en ser “la pareja de” o “la madre de”. Es poco común ver a una mujer que no tenga alguna relación sentimental con un personaje masculino y que no tenga connotaciones sexuales en su vestuario. Ripley, sin embargo, evita estos estereotipos.

Ellen Ripley, la protagonista de la saga Alien. Fuente: Alien.
Ellen Ripley, la protagonista de la saga Alien. Fuente: Alien.

En La mujer avispa (1959) también encontramos un mensaje feminista. Aquí la protagonista va a ser despedida de su trabajo porque está envejeciendo y resulta menos “atractiva”. Algo que en una sociedad capitalista es un pecado capital, pues la imagen física lo es todo, especialmente para las mujeres. De este modo, para evitar su despido, se obsesiona con un producto rejuvenecedor que desemboca en su metamorfosis. Resulta sorprendente que en una película tan antigua haya tan buena representación.

El personaje es ingenioso y existe más allá del hombre. Además, es interesante la forma en la que refleja cómo la sociedad impone unos cánones de belleza que fuerzan a las mujeres a mantenerse atractivas, así como las consecuencias negativas que tiene en ellas esta presión tan injusta. Otro ejemplo de buen personaje femenino lo encontramos en la saga Scream. Esta saga cuenta con una Final Girl sumamente astuta y con una muy buena construcción.

La existencia de estas películas representa un haz de luz que nos hace soñar con el arte como elemento concienciador. El cine ha de ser un espacio seguro en el que todos los individuos puedan participar en igualdad de condiciones, una idea distante a la realidad. Por lo tanto, es fundamental desarrollar un lado crítico para poder ver una película y no dejarse manipular por los estereotipos que se reflejen en ella. El arte nos construye como sociedad, y no podemos permitir que las ideas cisheteropatriarcales continúen perdurando. Por este motivo, obras con mensajes reivindicativo son imprescindibles para luchar contra los cánones dominantes.

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